El magistrado queretano Braulio Guerra participa en el Ironman

Mientras el mundo se convertía en un lugar complicado para vivir, Braulio Guerra Urbiola y su hijo mayor decidieron ‘salir de la atmósfera’ y adentrarse en los ‘confines de la galaxia’. Iniciaron y terminaron un posgrado en Astronomía en línea, con la Universidad de Valencia.

El abogado asegura que se siente satisfecho de haberle dedicado el confinamiento a una actividad que lo acercó a su hijo y le permitió explotar una de sus pasiones: el espacio. Esta fue una de las experiencias que más disfruto del último año y refleja la tenacidad y determinación de una persona polifacética que alcanza metas en las pistas y en la vida

El magistrado del Tribunal Superior de Justicia del estado de Querétaro habla esta vez sobre su vida. A punto de llegar a la mitad de siglo de edad, confirma que vive un momento especial en lo personal y lo profesional.

“Lo que ha pasado nos vino a recordar el significado de nuestras vidas, lo efímero que puede ser. Hemos sentido una sacudida en el mundo. En lo personal, así me sucedió a mí”, expresa.

LA MEJOR APUESTA

Triatleta y corredor asiduo, confiesa que fue hace 11 años que el deporte se convirtió en una parte fundamental de su vida, misma que le ha ayudado a lograr un equilibrio del que se siente orgulloso y espera transmitir. En 2009, por impulso de una apuesta con algunos amigos, decidió adentrarse en el mundo del atletismo, lo aprovechó para mejorar sus hábitos y dar un giro a la vida sedentaria que llevaba.

“Empezó todo con una apuesta y se convirtió en un estilo de vida mío. Yo decía voy a hacer 10 kilómetros, y ahora voy a hacer 20 kilómetros y el siguiente hago el maratón… y el siguiente un Ironman. Pues lo hice, cumplí. Mi primer Ironman fue en Cozumel y tuve 17 horas para cumplirlo, esto me ayudó a adquirir forma”, dice y agrega que el entrenamiento ha sido fundamental para conseguir sus objetivos, pero es necesario equilibrarlo para no perder espacios profesionales y familiares.

En 2019 logró concretar una de sus más añoradas metas, el Ultraman de 515 kilómetros, los cuales se hacen: 10 kilómetros nadando, 421 kilómetros en bicicleta y 84 kilómetros corriendo (solo 80 mexicanos lo han hecho). Asegura que esa prueba marcó su vida, ya que se dio cuenta de la capacidad de su mente y su cuerpo.

CARRERA DE LARGO ALIENTO

Guerra ve las competencias como un reflejo de la vida. Entiende que cada prueba de larga distancia y de ultradistancia son equiparables con nuestra propia historia. Dentro de la carrera el ser humano pasa por diferentes momentos que lo prueban al máximo, experimenta euforia, alegría, miedo, tristeza, depresión. Este tipo de sensaciones le han ayudado a forjar una forma de encarar la propia existencia.

“Con todas las cosas que quiero hacer lo que van a hacer falta son años de vida. Me encanta vivir, estoy muy agradecido con la vida, he atravesado muchos pantanos también. Quiero ver alguna prueba interesante, alguna meta que me deje una experiencia de vida penetrante, estoy buscando y viendo qué puedo hacer”, externa.

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